Sebastián

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Sebastián, artesano como modo de vida
Sorprendemos a Sebastián trabajando sus materiales en pleno bullicio de Hippy Market, se encuentra en el inicio de la Calle de los Artesanos y se nota desde lejos que ama lo que hace y que sin duda es muy participativo en contar al mundo lo grato de ser artesano


¿Desde cuándo es artesano?
Aunque Sebastián llegó a Hippy Market en 2014, hace ya 16 años que se embarcó en esta bonita profesión de ser artesano y durante su camino ha trabajado materiales como la plata, el bronce, la alpaca o el cuero en otros lugares del mundo.


¿Qué produce, cómo, dónde y qué materiales utiliza?
Trabaja con cuero que corta, trenza o lo que haga falta, también con metales como el bronce, la plata o la alpaca y con piedras traídas de todo el mundo. Nos enseña piedras de Perú, Canadá o México. 

En continuo aprendizaje como requiere su profesión está comenzando a realizar chalecos como nuevo producto y como una de sus creaciones más tradicionales nos enseña sus coronas.
Aunque trabaja con materiales de otros lugares, elabora en Ibiza, todos sus trabajos los realiza en la isla, sintiendo su energía, creyendo y apostando en los productos autóctonos.

¿Qué es para Sebastián Hippy Market?
Para el, es un sitio muy alucinante que congrega a gente de todo el mundo y música muy buena, de muchos estilos diferentes, una combinación de cultura muy grande.
Lo más importante para el en Hippy Market es la artesanía, los puestos artesanales,  lo industrial no le gusta mucho aunque respeta totalmente a los comerciantes.
Para Sebastián falta que se abran espacios por el mundo como la Calle de los Artesanos en Hippy Market, ya que son artes que se pierden y que no se vuelven a encontrar, algo de toda la vida que no deberíamos perder jamás.


¿En qué puesto esta la artesanía hoy en día?
Hoy en día con la artesanía la gente se está empezando a dar cuenta realmente de lo que es, hay un pequeño despertar sobre su valor, al igual con la alimentación y la comida ecológica. 

Mucha gente prefiere pagar un poquito más sabiendo que lo que compran no apoya lo industrial, la explotación o la reventa.

¿Qué significa  ser artesano? ¿Es una forma de vivir?
Cuando eres artesano, dedicas toda tu vida a esto, es una forma de vida, te levantas y cada día prácticas. Trabaja todos los días entre siete y doce horas, ya sea en su casa, en Hippy Market o donde sea.

¡No te pierdas la calle de los artesanos, podrás verles trabajar en directo!

 

Mónica

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Mónica, la creadora de Hippy Kids
Todo el mundo la conoce como Mona, y es la reina en el mundo de los niños de Hippy Market, nos sentamos entre familias haciendo manualidades y nos rodeamos de colores por todas partes para que nos cuente la historia de Hippy Kids.

¿Cómo le surgió la idea de este espacio?
Todo comenzó con sus visitas a Ibiza hace diez años, y por supuesto, los miércoles a Hippy Market, pero la idea surgió cuando se hizo madre, ella pensaba que era un lindo mercado pero por sus circunstancias maternales vio la necesidad de que existiera en él un espacio infantil.
Por lo que se puso manos a la obra con la idea, creo una propuesta y gracias a diversos apoyos, aquí está viendo sus frutos desde 2013, hace cuatro años y sin parar de ingeniar nuevas ideas.

¿Qué es Hippy Kids?
Es un espacio dedicado a las familias, donde los padres y las madres pueden descansar y los niños puedan jugar. Se realizan talleres creativos con el fin de crear un elemento de recuerdo y poder llevárselo a casa.
La idea principal y lo que más le interesa a Mónica es la integración familiar, que padres e hijos realicen las manualidades juntos aprovechando que están de vacaciones y que en su rutina diaria, en sus ciudades… no tienen estos momentos.

¿Qué se llevan las familias de Hippy Kids?
Se llevan mucho más de lo que piensan mientras participan  en los talleres. Cuando padres e hijos estén de vuelta en sus casas siempre les quedará ese bonito recuerdo de haber estado creando algo juntos, cada vez que miren su atrapasueños o su corona de flores pensarán en aquel día especial de sus vacaciones.
Hippy Kids reactiva el concepto hippie casi pérdido, conceptos como paz, amor y sobre todo la unidad familar. 

¿No te mueres de ganas por ir a pasar un buen rato con tus niños? 

 

Miriam

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Miriam, pasión por los materiales reciclados
Colores negros y dorados sobre un fondo de color turquesa nos indican que hemos llegado al puesto de Miriam. Desde que descubrió las infinitas posibilidades de trabajar con materiales reciclados, lleva doce años desarrollando diferentes técnicas y aplicaciones.

Trabaja diferentes tipos de material reciclado, como neumáticos de camiones, cremalleras, cadenas de bici, cubiertas de bici, piñones, cintas métricas... y todo lo que crea lo hace a mano.

¿Qué es para Miriam ser artesana?
Nos cuenta que ser artesana para ella es mucho más que una forma de vida o una profesión, para ella poder dedicarse a lo que la hace feliz es lo más importante.

La artesanía es su día a día y con bromas nos confiesa que también su noche a noche. Ya que se ha pasado la noche produciendo y estaba en su puesto del mercadillo sin haber podido dormir.  ‘Así es la vida del artesano’, nos dice con una sonrisa un tanto cansada.

¿Cómo ve a la artesanía hoy en día?
Como una lucha constante con el mercado extranjero. La artesanía y los productos hechos a mano no pueden competir en el mercado con los precios y productos que vienen de fuera.

Nos dice preocupada que está en nuestras manos el futuro de todos, porque si fabricamos y compramos todo fuera nos quedaríamos todos sin trabajo. “Si producimos y compramos en España sería mucho mejor y no podríamos quejarnos de la situación que estamos viviendo.”

¿Cómo fueron sus inicios?
Miriam, que vive y produce en Ibiza, estudió diseño en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Valencia, y enfocó su proyecto final de carrera al trabajo con materiales reciclados. Le gustó tanto que se fue involucrando cada vez más, hasta ahora, que lleva más de 12 años trabajando estos materiales para crear artesanía.

¿Qué significa para ella vender su producto en el Hippy Market?
Antes de responder Miriam nos sonríe con toda la cara y sobre todo con su mirada, para decirnos simplemente: “Me encanta.”
El Hippy Market le da la oportunidad de poder dedicarse y poder vivir de lo que verdaderamente le apasiona, y eso no hay precio que lo pague. A pesar del gran esfuerzo, la poca remuneración económica y las noches sin dormir, es algo que hace que disfrutes cada día de tu vida.  

Roberto

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Romel y su arte
Roberto Mellino es uno de los artesanos que vienen cada miércoles al mercadillo. ROMEL es su nombre artístico, formado por las primeras sílabas de su nombre.
Moda, arte y diseño son los tres pilares que dan vida a sus productos. Roberto trabajó durante 20 años en el mundo la moda, cuando entonces seguía siendo una forma de hacer arte. Nos confiesa con tristeza que hoy en día el arte ha quedado relegado a un segundo plano al igual que la calidad, ya que hoy en día lo importante es hacer negocio.  
Tras un periodo de crisis personal en el que no encontraba su sitio, se dio cuenta de que lo que de verdad quería era seguir creando, pero creando cosas que le salieran del corazón.
Ahora él hace su arte y su propia moda. No se considera un pintor, sino un art designer. No ha querido perder la pasión por la moda y ha seguido poniendo en práctica toda su parte artística en los productos que vende en el mercadillo.
Todo lo que vende no sólo está hecho a mano por él, sino creado e inventado por él. Transforma bombillas, llaves o botones en obras de arte. Le apasiona dar nueva vida a las cosas y nos confiesa lo siguiente: “Lo que algunos ven como basura, para mí es un tesoro.”
Admite que a lo mejor no se hace rico vendiendo lo que hace, pero se lo pasa tan bien y la gente flipa tanto con lo que hace, que le encanta.

¿Qué es para él ser artesano?
Ser artesano o artista no es una cosa que se elige, para él es sencillamente un camino.
Se dio cuenta que la moda ya no se hacía en las tiendas, sino en la calle. Por eso dejó la moda hace 6 años, para dedicarse a la artesanía y poder crear sus propias ideas. Desde siempre le ha gustado romper con lo tradicional y lo establecido, y lo ha puesto en práctica.

¿Qué siente al poder vender su producto en el mercadillo?
Eligió vender en el mercadillo por dos motivos principales.
El primero por el entorno. Poder trabajar al aire libre y en la naturaleza es para él un lujo.
Por otro lado porque, sin darse cuenta, se he sentido identificado con la una mentalidad hippy.
Nos comenta su sorpresa cuando descubrió que había sido hippy durante toda su vida, pero no lo supo hasta que llegó al mercadillo, donde todo era tan fácil, tan normal, tan como él… había encontrado su sitio.
“Cuando ves 100 personas que van a una dirección y tú vas en la otra parece que tienes un problema, y cuando llegas a un lugar en el que todos van como tú te das cuenta de que no eres raro, sino que simplemente has encontrado tu lugar.”

 

Mario

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Mario, un libro de recuerdos
Mario, es uno de los veteranos del mercadillo. Llegó hace 39 años, exactamente en el verano del 77. En sus comienzos trabajaba el cuero, pero desde hace ya muchos años vende plata, con piedras y bisutería.

¿Cómo ha cambiado el mercadillo desde aquellos años?
Antes los puestos eran telas en el suelo con muy pocos productos, ahora el mercadillo se ha vuelto más grande, con mucha más gente y mucho más comercial. “Como la vida misma”, nos comenta.  
Cuando empezamos podíamos llegar a ser entre 150 o 180 en alta temporada. Actualmente hay alrededor de 550 puestos y otros cientos en lista de espera.

¿Qué es para Mario el Hippy Market?
Es parte de su vida y de su historia. Desde hace 39 años no ha faltado casi ningún miércoles a su cita con el mercadillo y los miles de turistas que vienen a visitarle. Por lo que gratamente forma parte de su historia personal.

¿Qué es para Mario ser hippy?
Hace 40 años ser hippy era romper con lo establecido. Hoy en día la mayoría están encuadrados en ongs ecologistas, y practican una forma de vida relacionada con la naturaleza,  y basada en valores tan importantes como la libertad, la tolerancia y el respeto.

¿Qué echa de menos de aquellos tiempos?
En aquellos años Ibiza era mucho más segura, y convivían con los payeses en armonía total. Tenían casi todo afuera, en el campo, dejaban las casas abiertas… Esa tranquilidad y seguridad es lo que más echa de menos.
También la democratización de la fiesta. Mario nos explica que antes Ibiza era mucho más democrática, y nos comenta que en estos últimos años  se ha ido transformando hacia un estilo VIP: “Ahora viene mucha gente que no comparte nada con nadie, sólo van de vip en vip.”
Con añoranza nos cuenta cómo ahora el tema del lujo está más separado, y cómo antes podías estar un local bailando y en la mesa de al lado tenías al director de cine  Roman Polanski, a la actriz alemana Nastassja Kinski o un corredor de Fórmula 1.
Ahora se separan tanto que la gente se vuelve loca y les persiguen para que les firmen autógrafos. Antes  nadie les molestaba, iban todos a los mismos sitios y a las mismas playas. Ibiza era paz y tranquilidad y es lo que echa más de menos.

Alguna anécdota:
Mario nos habla de las fiestas tan especiales y divertidas de la discoteca KU (ahora Privilege), para promocionarlas se acercaban un grupo de 4 o 5 personas con una minicadena y unos altavoces en un carrito con ruedas y repartían muchas entradas para la gente y los vendedores. Una vez hicieron una fiesta hippy y les invitaron a todos a comer. “Montaban unos pollos fantásticos”, nos comenta.

Franchesca

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Francesca y sus sombreros
Francesca es una de las veteranas del mercadillo. Lleva desde el año 87 fabricando sus originales sombreros en Ibiza y vendiéndolos en el Hippy Market.
Vivió la época hippy en California pero aquello terminó muy rápido. Por aquel entonces Ibiza ya causaba una sensación y a ella le llamaba mucho la atención. Fue por eso que decidió venir y cuando vio que aquí todavía la gente podía seguir viviendo de esa manera le gustó mucho, y se quedó.

¿Qué significa ser artesana para ella?
Lleva toda su vida dedicándose a la artesanía y para ella el gran valor de  ser artesana es poder trabajar para ella misma sin tener que contestar a los deseos de otro.  Nos confiesa con su bella sonrisa que “es tener la libertad de seguir tu propio camino creando cosas que realmente te hacen feliz”

¿Cómo es tu día a dia?
Se levanta cada mañana para crear sus creativos sombreros. Utiliza fibras naturales para obtener piezas únicas y de calidad, y respeta siempre los mismos horarios; de 9 a 2 y de 5 a 8.

¿Qué lugar crees que ocupa la artesanía en estos días?
Es difícil poner a todo el mundo en la categoría de artesano, ella se considera más una diseñadora. En el caso particular del oficio de la sombrerería, que es tradicional desde hace ya mucho tiempo,  ha perdido mucho con toda la importación de China. La calidad ha decaído mucho hoy en día, ya que la gran mayoría de los materiales que usan para hacer sombreros son sintéticos.

¿Qué es para ti vender tus sombreros en Hippy Market?
Con añoranza y gratitud Francesca nos confiesa que vender en el Hippy Market para ella es ya una rutina. Tras casi 30 años levantándose cada miércoles para vender sus sombreros, el mercadillo se ha convertido en parte de su vida. Sabe que cada miércoles  tiene que llegar temprano, montar su estand y promocionar su producto. ¡Bendita rutina!

¿Qué echa de menos de los primeros años del mercadillo?
Le gusta vivir en el presente y no echar de menos el pasado. Simplemente se siente agradecida por haber sido parte de aquella generación que cambió tantas cosas, y luchó tanto por el medio ambiente, por una forma de comer y vivir más sana, y sobre todo por respetar el planeta. Se siente orgullosa de que fuera aquella generación quién empezó con esto y que haya tenido un efecto en todo el mundo que llega hasta nuestros días.

Gustavo

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Gustavo, un hippie reciclado
Gustavo es uno de los más veteranos del mercadillo. Su primera vez fue en 1975, por lo que forma parte de la historia, de los recuerdos y aventuras locas de esos primeros años del Hippy Market. 

Cuando llegó, ya llevaba 2 años el mercadillo de Es Canar funcionando, empezó desarrollando didácticos en madera, marionetas, títeres. Y también realizaba algunas incursiones con cerámica y vidrio. Siempre elaborando diseños personales.
Tras unos años de parón regresó a los mercadillos porque tenía muchas ideas en la cabeza y muchas cosas por hacer.
En estos días él y su esposa trabajan juntos como artesanos y todo lo que venden es producto de su imaginación y sus manos.  
Se describen como hippies reciclados, ya que a partir del año se pusieron a estudiar y terminaron siendo diseñadores gráficos y diseñadores industriales. Tenían ideas bullendo en la cabeza que esta era la única forma de volverlo real ante el público. 
Actualmente el producto que venden en el mercadillo son imanes, puntos de libro, posters, stickers, pegatines, pines… todo lo relacionado con diseño. Y estos mismos diseños los aplican a los diferentes artículos que producen. 
Con un modo de vida sencillo y alejados de la sociedad de consumo, viven con lo mínimo para vivir y ser felices. Nos comenta a modo irónico el tamaño de su empresa: “Nuestra empresa es demasiado grande, del tamaño de la mesa del comedor de casa. Cuando queremos comer, tenemos que plegar la empresa”.

¿Cómo ve la figura del artesano hoy en día?
Están muy esperanzados en que el boom de la mercancía china haya llegado a su fin, y vuelven a ser valorados los artesanos. Los precios de los productos elaborados en China han hecho que durante 10 o 12 años los artesanos desaparecieran del mapa. 
Ahora la mayoría de ellos están muy contentos porque el público ya ha empezado a comprar aquellas cosas que saben que son exclusivas. Quieren una pieza única, que no haya dos iguales, en vez de la producción masiva.

Siendo uno de los veteranos, ¿qué echa de menos de aquella época?
Con una sonrisa nos confiesa que no extraña nada, ya que cada época fue buena y diferente. La que están viviendo en estos momentos es excepcional y recordar el pasado es muy bonito para reirse y festejar las cosas que hicieron bien y por qué no, también las meteduras de patas que cometieron.

Alguna anécdota que contar:
En aquellos años, cualquier hippy que regresaba a su origen era porque lo reclamaban sus familias, que eran de muy alto nivel adquisitivo. Antes de irse regalaban sus coches que tenían y se lo dejaban en calidad de regalo al más cercano. A mí me regalaron un Volkswagen que usábamos entre todos los que le conocíamos, ya que no tenía llave de encendido. Hasta que un día la policía me amenazó de que tenía que regularlo y no vimos otra alternativa que hacerle un entierro digno entre todos.
Fuimos todos los hippies a la cala de San Vicente, e hicimos una fiesta extraordinaria para llevar al cementerio el coche que estaba en perfectas condiciones. Fue una despedida muy bonita porque el coche tenía nombre, se llamaba La Petronia.
Y como ésta, tienen mil historias que contar de aquella época tan loca y tan libre de Ibiza, en la que las súper estrellas de Hollywood se codeaban con los hippies. Era una relación sana y natural entre todos, sin diferencia de clases; todos estaban en Ibiza y querían disfrutar de la isla, de ellos mismos y pasárselo bien. 


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